Ficha:
CMDC239
Autor-es:
Anónimo
Título normalizado:
Historia del abad don Juan de Montemayor
Variantes título:
Historia de el abad don Juan (Portada, Valladolid, 1562); La historia del abad don Juan, señor de Montemayor (Portada, Sevilla, 1587); Comiença el libro del abad don Juan, señor de Montemayor (Íncipit, Toledo, ca. 1500-1501; Valladolid, 1562; Sevilla, 1587).
Título original:
*Cantar del abad de Montemayor
Segundo autor:
Juan Arcos (Sevilla, Simón Faxardo, 1632)
Juan de Flores (Barcelona, Sebastián Cormellas, 1601) (Vid. el apartado "reescritura").
Fecha composición:
ss. XIII-XIV (Menéndez Pidal 1903)
Testimonios manuscritos:
Aunque la versión que aquí se analiza no parte de un testimonio manuscrito conocido, se conserva en este soporte la versión de la leyenda del abad don Juan de Montemayor recogida por Diego Rodríguez de Almela en su Compendio historial (1479-1484) en dos estadios distintos de redacción. Primera redacción: Madrid. BNE, Ms/1979. Segunda redacción: Madrid. BNE, Ms/1525; Madrid. BNE, Ms. 1535; Madrid. RAH, 9/455; Madrid. BME, V.II.10-11; Santander. BMPS, Ms/156-158.
Testimonios impresos:
Cinco impresos: 1) [Toledo: Pedro Hagenbach, ca. 1500 - 1501]; 2) Burgos: [Fadrique Biel de Basilea], 1506; 3) Burgos: s.i., 1553; 4) Valladolid: Francisco Fernández de Córdoba, 1562; 5) Sevilla: Francisco Pérez, 1587.
Formato:
Cuarto
Repertorios:
Gayangos, p. LXXX; Gallardo, I, n. 807; Simón Díaz. BLH, III.1, n. 1872; Norton, n. 1017; Martín Abad. Post, n.1 y Addenda; Infantes (1999: 261); Infantes (2012: 40-41); García-Cervigón del Rey. Toledo, n.32.
En línea: ISTC im00846300; GW 25412; USTC 333962
Ejemplares:
Barcelona. BC: Inc. 5-12º (unicum)
Digitalizado: https://mdc.csuc.cat/digital/collection/incunableBC/id/51556
Paratextos socioliterarios:
El texto se abre con un prólogo que pone énfasis en la moralidad de la historia: “Porque Dios nuestro señor hizo el cielo y la tierra (...). Lo cual se escrive porque todos los onmbres de este mundo que lo oiren tomen exemplo y sepan guardarse de no hazer traición (..)” (a3r).
Paratextos editoriales:
Íncipit: “Comiença el libro del abad don Juan de Montemayor en el cual se escrive todo lo que le aontesció con don García su criado” (a3r).
Las partes del texto conservadas muestran que este se ha segmentado mediante la introducción de epígrafes que resumen el contenido.
No se conserva el colofón.
Grabados:
No incluye grabados.
Notas:
Se conservan únicamente las hojas con signatura a2 a b9; la hoja 4 se encuentra deteriorada en la esquina inferior. El único ejemplar conservado perteneció a Mariano Aguiló y Fuster, vid. García-Cervigón del Rey. Toledo, n.32. De acuerdo con Infantes (2000), este ejemplar debió estar encuadernado con el de la Reina Sebilla y la Doncella Teodor, ambos dos impresos por Hagenbach ca. 1500-1501, pertenecientes también a Aguiló y depositados en la BC. Para este autor, esta edición conjunta aparecería con motivo de la jura de los príncipes herederos de Castilla, los archiduques Felipe y Juana (Infantes 2012: 52).
Formato:
Cuarto
Repertorios:
Gallardo, II, n. 1870 (a partir del Regestrum); Palau, I, n. 277; Simón Díaz, II, n. 2340; Infantes (1999: 261); Martín Abad. Post, n. 2; Infantes (2012: 41); Fernández Valladares. Burgos, n. 22
En línea: USTC 347233
Ejemplares:
No se conocen ejemplares.
Paratextos editoriales:
De acuerdo con las informaciones proporcionadas por el Regestrum, el texto se abriría con el íncipit: “Así como Dios nuestro señor (...)”.
Grabados:
Nada se menciona de grabados.
Notas:
Se considera la existencia de esta edición como probada al haber sido recogida por Hernando Colón en su Abecedarium B, n. 3319, col. 21 “Abad don Juan historia en castellano” y col. 157 “Así como Dios nuestro señor fizo” (íncipit), vid. Hernando Colón, Abecedarium B y Supplementum. Ed. facsímil de los manuscritos conservados en la Biblioteca Colombina de Sevilla, Madrid, Fundación Mapfre América-Cabildo de la Catedral de Sevilla, 1992, y en su Regestrum, n. 3319, vid. Archer M. Huntington, ed., Catalogue of the Library of Ferdinand Columbus [Ed. facsímil], Nueva York, The Hispanic Society of America, 1905. Según las notas de este bibliófilo, se habría impreso en Burgos el 8 de agosto 1506 y fue adquirido en Valladolid por 8 maravedíes.
Repertorios:
Infantes (2002: 637); Fernández Valladares. Burgos, n. 430.
Ejemplares:
No se conoce ejemplar en la actualidad.
Notas:
Se considera esta edición como fiable por estar mencionada en el inventario de los libros poseídos por el banquero alemán Johann Jakob Fugger: “Historia del abad don Juan, en Burgos, 1553”, vid. K.L. Selig, “A German Collection of Spanish Books”, Bilbliothèque d’Humanisme et Renaissance. Travaux et Documents, XIX, pp. 51-79, p. 65, n. 157; la da por válida también Fernández Valladares.
Formato:
Cuarto
Repertorios:
Alcocer. Valladolid, n. 234; Palau, I, n. 278; Simón Díaz. BLH, III.1, n. 1873; Infantes (1999: 263-164); Infantes (2002: 637-638); Infantes (2012: 44-45); Casas del Álamo. Valladolid, n. 317.
En línea: USTC 337969
Ejemplares:
Oviedo. BUO: A-205 (unicum)
Digitalizado en: https://digibuo.uniovi.es/dspace/handle/10651/33331
Paratextos socioliterarios:
La obra se abre con un prólogo que destaca la moralidad de la historia: “Porque Dios nuestro señor hizo el cielo y la tierra y todas las cosas que en el mundo son (...) Mayormente en tal hecho como este el cual acaesció al abad don Juan, señor de Montemayor, con su criado García que el crio según adelante oiréis (...) Lo cual escrivimos porque todos los hombres que lo oyeren tomen exemplo (...)" (a1v).
Paratextos editoriales:
Portada: Historia del abad don Juan
Íncipit: “Comiença el libro del abad don Juan, señor de Montemayor. En el cual se escrive todo lo que ha acontescido con don Garcia, su criado” (a1v)
Colofón: “Fue impresso el presente libro en casa de Francisco Fernández de Córdoba, impressor. Año de mil y quinientos y sesenta y dos” (a16r)
Grabados:
El grabado que adorna la portada pertenece al modelo del caballero jinete, una de las imágenes más habituales que ilustra la mayoría de las portadas de los libros de caballerías castellanos, y se concreta en el referente de “caballero jinete con espada en alto en actitud de ataque sobre caballo en posición de corveta”. El modelo inicial del que parte la imagen proviene del presentado por el Amadís de Gaula de Jorge Coci (Zaragoza, 1508), pero incorpora una serie de variaciones, vid. José Manuel Lucía Megías, Imprenta y libros de caballerías, Madrid, Ollero y Ramos, 2000, pp. 190-200. La plancha que aquí se analiza retrata a un caballero en actitud de combate que porta los atributos propios del apóstol Santiago, esto es, una espada en alto en posición de ataque, un estandarte en la mano izquierda con la cruz, una concha que se dibuja en su sombrero y la cruz de Santiago sobre la armadura. Completa el atuendo santiagués la inscripción JACOBVS sobre la pechera del caballo. Esta iconografía no solo proviene del concepto de miles Christi, que tiene en el apóstol Santiago su modelo a seguir, sino que parte también de las diferentes realizaciones gráficas con las que se le representó a partir de su configuración como Santiago Matamoros. Esta faceta queda reflejada en los cuerpos de fallecidos que el caballo arrolla y que portan la media luna en sus escudos. José Manuel Lucía Megías (2000: 197) recoge tres grabados o modelos con esta temática, y que corresponderían con el Palmerín de Olivia (Sevilla, Juan Varela, de Salamanca, 1527), Espejo de príncipes y caballeros (Alcalá de Henares, Juan Íñiguez de Lequerica, 1580) y el libro II de Renaldos de Montalbán (Burgos, Pedro de Santillana, 1564). No obstante, la complejidad que presenta este grabado hace suponer que pudo haber servido de modelo iconográfico para la realización de estas copias simplificadas posteriores. Previamente a su aparición en esta edición, la plancha se documenta en el también taller vallisoletano de Nicolás Tierri en 1527 en la portada de la Regla de la orden de caballería de señor Santiago del Espada, donde sí se adecúa más al contenido. Con todo, la generalización referencial del grabado ha dado lugar a que pueda aparecer como portada de obras muy dispares, como es el caso del Abad don Juan de Montemayor, y que permitiría equiparar la labor de este religioso en el texto con la de Santiago Matamoros.
Notas:
Infantes (2012: 45) considera que el ejemplar ovetense es el perteneciente a Anníbal Fernandes Thomas, que él mismo describe y del que reproduce la portada, aunque después se encuentre ausente del catálogo de venta de sus libros en 1912. Se trataría del mismo que se ofrece posteriormente en el catalogue de Maggs Bross, donde lo adquiere Roque Pidal hasta pasar a la Biblioteca Universitaria de Oviedo.
Formato:
Cuarto
Repertorios:
Catalogue British Library, p. 107; Infantes (1999: 264-265); Infantes (2002: 637-638); Infantes (2012: 46-47)
En línea: USTC 343095
Ejemplares:
Londres. BL: 1481.b.42(2) (unicum)
Paratextos socioliterarios:
El texto se inicia con un prólogo que destaca la moralidad de la historia: “Por cuanto Dios, nuestro señor, hizo el cielo y la tierra y todas las cosas que en él son (...) el cual acaeció al abad don Juan, señor de Montemayor, con su criado don Garcia (...) lo cual escribí por que todos los hombres d’este mundo que lo oyeren tomen exemplo (...)" (a1v)
Paratextos editoriales:
Portada: La historia del abad don Juan, señor de Montemayor. Impresso en Sevilla, en casa de Francisco Pérez. Año de MDLXXXVII.
Íncipit: “Comiença el libro del abad don Juan, señor de Montemayor, en el cual se escrive todo lo que le aconteció con don García, su criado” (a1v)
Éxplicit: Deo gracias
Grabados:
El grabado de portada representa a un abad a las puertas de una iglesia. En su interior se percibe un altar con una vela encendida. En la puerta, en el suelo, un bebé completamente fajado. La escena podría corresponder perfectamente con el momento inicial de la historia, en el que el abad don Juan encuentra a don García: “Y acaesció que un día fue el abad don Juan a oír maitines de la fiesta de Navidad, los cuales eran muy honrados. El cual yendo allá halló un niño que yazía echado a la puerta de la iglesia, e este niño era fecho en pecado mortal, porque era hijo de dos hermanos. E el abad don Juan, cuando lo vio, uvo d’él gran duelo en su coraçón e tomolo en sus braços e metiolo en la iglesia e mandole baptizar e púsole nombre García” (Infantes, 2012: 89-90). Esta plancha no vuelve a localizarse, pero la correspondencia texto-imagen con el inicio de la obra parece sugerir que sí existió un grabado creado ex profeso para ilustrar la portada del Abad don Juan de Montemayor.
También es interesante la xilografía incluida en el verso de la última hoja. Representa un enfrentamiento bélico, una de las escenas que mejor se adapta a las portadas de los libros de caballerías por resultar la más estereotipada y convencional, donde se refleja la toma de una ciudad en donde una serie de caballeros a pie luchan con sus espadas. En un primer término se recoge el momento cumbre del ataque, mientras que al fondo la ciudad amurallada que se intenta conquistar. Vid, José Manuel Lucía Megías (2000: 214-215).
El modelo de la plancha se encuentra indiscutiblemente en la Cárcel de amor zaragozana (Pablo Hurus, 1493) donde la escena representa la liberación de Laureola por parte de Leriano. Esta plancha tuvo múltiples copias, entre ellas la realizada en Pamplona por Arnau Guillén de Brocar para su Crónica troyana (ca. 1495-1500) y será el punto de partida para la xilografía que adorna este mismo título en las prensas sevillana y toledana de Juan Varela de Salamanca en 1509, 1512 y 1527 (vid. al respecto los trabajos de María Sanz Julián recogidos en la ficha correspondiente a la Crónica Troyana en esta misma base de datos http://comedic.unizar.es/index/read/id/90).
De acuerdo con José Manuel Lucía Megías (2000: 215), Juan Varela de Salamanca también lo reutilizó en su Tristán de Leonís (Sevilla, 1525) y se trataría de la misma xilografía empleada por los Tres Compañeros Alemanes en su Crónica popular del Cid (Sevilla, 1498). La longevidad de la la plancha es indudable, pues es esta misma la que, todavía en las prensas sevillanas, cierra esta edición del Abad don Juan de Montemayor.
Materia:
Historias caballerescas breves
Edición moderna:
Ed. de Ramón Menéndez Pidal (1903), La leyenda del abad don Juan de Montemayor, Dresden, Gedruckt für die Gesellschaft für Romanische Literaturen (a partir de la edición de 1562); ed. de Ramón Menéndez Pidal (1934), “La leyenda del abad don Juan de Montemayor”, en Historia y epopeya, Madrid, Centro de Estudios Históricos, pp. 99-233 (a partir de las ediciones de ca. 1500-1501 y 1562); ed. de Víctor Infantes y Ana Martínez Pereira (2012), El abad don Juan, señor de Montemayor. La historia de un cantar, Madrid/Frankfurt am Main, Iberoamericana Vervuert (a partir de todos los testimonios conservados).
Reescritura:
Génesis del texto
La crítica posterior ha aceptado la teoría y análisis de la obra que ya argumentó Menéndez Pidal (1903) cuando se acercó a su edición por primera vez. Se sintetizan a continuación sus principales aportaciones a través de la visión crítica aportada por Infantes y Martínez Pereira (2012: 7-35). Previamente a los dos únicos testimonios conservados en prosa de la leyenda del abad, señor de Montemayor, el recogido por Diego Rodríguez de Almela en su Compendio historial (1479-1484) y la Historia cuyo análisis editorial aquí se muestra, debió existir un primitivo cantar de gesta, asociado generalmente con el ciclo de los condes de Castilla, que contaba las hazañas de este abad, emparentado con los reyes de León, la traición de su criado y la posterior victoria sobre Almanzor. Si bien sobre los orígenes geográficos hay una pugna con Portugal, sustentada sobre todo por la presencia de Montemayor en tierras lusas, donde abundan también leyendas ficticias que tienen como protagonista a don Juan, el análisis de la antroponimia y la toponimia remite a tierras leonesas y a una fecha de elaboración entre los siglos XIII-XIV.
Para sustentar esta hipótesis Menéndez Pidal (1903) no solo resalta similitudes narrativas con otros cantares de gesta, conservados o no, como el Cantar de los infantes de Salas o el Cantar de Mio Cid, sino que destaca la presencia de componentes narrativos de presencia abundante en relatos medievales, como el niño fruto del incesto abandonado en maitines, y que guarda estrecha relación con la leyenda de san Gregorio, o la milagrosa resurrección de inocentes que son asesinados al servicio de un bien común. Además, cree ver en los dos testimonios en prosa conservados restos poéticos asonantados, lo que conduciría a un hipotético texto previo ya prosificado del que derivarían la versión de Almela y la anónima historia y que sería “una prosificación en forma de crónica que contenía la narración de la leyenda” (Infantes y Martínez Pereira 2012: 22). En relación con la anónima Historia del abad don Juan, señor de Montemayor, estos autores no descartan que su elaboración hubiese tenido lugar poco antes de la primera edición conocida, Toledo, ca. 1500-1501, pensada explícitamente para la imprenta, tales son las características editoriales que presenta el texto y que lo engarzan dentro de un grupo de obras de difusión común.
Los impresos y la difusión editorial de la obra en el Quinientos
El impreso de Hagenbach presenta la materia narrativa dividida en fragmentos con epígrafes aclaratorios del contenido, en un procedimiento exactamente igual al que empleó para su edición del Carlos Maynes: el texto tras el epígrafe comienza con una capital xilográfica de motivos florales y este se inicia con un calderón manual en tinta roja. Cabe recordar que, para Víctor Infantes (2000), este ejemplar debió estar encuadernado con el de la Reina Sebilla y la Doncella Teodor, ambos dos impresos por Hagenbach ca. 1500-1501, pero es también indicativo de que estas ediciones no debieron ver la luz muy distantes en el tiempo. Al contrario de lo que sucede con la mise en page de otras obras con princeps entre época incunable y post-incunable, a las que se les añade una capitulación epitomática clara (así sucede con el propio Carlos Maynes), los impresores que se acercaron al Abad don Juan de Montemayor conservaron esta distribución textual sin necesidad de marcar numéricamente las fragmentaciones, y así se mantiene incluso a finales del siglo XVI.
Para la iconografía de portada, la edición vallisoletana prefirió destacar el aspecto guerrero del abad y hacer hincapié en la lucha contra los musulmanes mediante la reutilización de la plancha con el motivo de Santiago Matamoros. No obstante, al tratarse de una xilografía cuya escena fue frecuente también en las portadas de los libros de caballerías, no es descartable que Francisco Fernández de Córdoba tuviese en mente asociar la obra con el circuito de difusión y recepción de la literatura caballeresca, dadas las batallas que se suceden a lo largo de la historia.
Por su parte, la edición sevillana decora la portada con una imagen que remite claramente al inicio del texto y que presenta perfectamente a los personajes protagonistas. No es descartable que esta xilografía procediese o hubiese tomado como modelo otra no conservada y tallada ex profeso para este título. Más anómalo resulta el grabado final con el motivo del asedio a la ciudad, especialmente por su posición como vuelto de la hoja final. Desde el punto de vista temático, este tema bélico podría guardar vínculos iconográficos con cualquiera de los fragmentos textuales de enfrentamientos.
Resultan interesantes las ediciones de la centuria siguiente, pues incorporan un nombre de autoría al anónimo Abad. Así, la edición barcelonesa de Sebastián Cormellas de 1601 atribuye el abad a Juan Darcos, mientras que la sevillana de Simón Faxardo de 1632 hace lo propio con Juan de Flores. Nada se conoce del primero, aunque Infantes y Martínez Pereira (2012: 34-35) consideran que se habría formado el antropónimo por alguna grafía mal leída del propio Juan de Flores. En relación con ese segundo nombre, no consideran que tenga que ver con el conocido autor de ficción sentimental de finales del XV, antes suponen que se debe su inclusión en la posición de autoría a una estrategia comercial que pretende dotar de novedad a un texto para revitalizarlo ante los lectores. No obstante, las obras de Juan de Flores gozaron de gran éxito durante el siglo XVI, Grisel y Mirabella cuenta con 9 ediciones, por lo que no es descartable que quisiesen aprovechar la popularidad de las obras de este autor, al menos de forma nominal. Se suma a todo lo anterior la legislación de imprenta, pues desde la pragmática filipina de 1558, las licencias de impresión podían negarse a las obras anónimas, y se unió a este procedimiento el Índice de Valdés un año después, que directamente las condenó.
Aunque actualmente solo tengamos noticias fidedignas de cinco ediciones conservadas, con o sin ejemplares, que prueban la difusión de la obra en el siglo XVI, los testimonios de lectura y posesión que se muestran a continuación dan cuenta de la amplia presencia de la obra entre los lectores de esta centuria, por lo que es necesario pensar que circularon más ediciones de las que nos han llegado.
Testimonios de lectura:
Testimonios de inventarios de impresores y libreros
A la muerte del impresor Jacobo Cromberger, en su taller había “945 abad don Juan”, vid. Clive Griffin, “Un curioso inventario de libros de 1528”, en El libro antiguo español I, pp. 189-224, n. 39. En 1530 la Compañía de Libreros de Salamanca vende a Juan de Junta y Martín Liecarón “47 abad don Juan”, vid. Marta de la Mano González, Mercaderes e impresores de libros en la Salamanca del siglo XVI, Ediciones Universidad de Salamanca, 1998.
En el inventario realizado tras la muerte de Juan Cromberger, se enlistan 343 ejemplares de la obra, vid. Clive Griffin, “El inventario del almacén de libros del impresor Juan Cromberger: Sevilla 1540”, en El libro antiguo español IV, pp. 257-373, asientos 240 y 252. Aparecen recogidos “quinientos e cuarenta y tres libros del abbad don Juan” en el inventario de la librería de Juan de Junta de 1553, vid. Fernández Valladares apud Infantes y Martínez Pereira (2012: 43).
En el inventario de 1555 de este mismo impresor aparece “vn principio del abbad don Juan”, vid. W. Pettas, A Sixteenth-Century Spanish Bookstore. The Inventory of Juan de Junta, Philadelphia, American Philosophical Society, 1995, p. 178. En el inventario del librero e impresor Juan de Ayala se consignan 155 ejemplares de la obra, “quarenta y siete abad don Juan a quatro pliegos a razón de a doze reales y medio la rezma, monta ciento y sesenta” y “ciento y ocho abad don Juan, diez reales y veynte y seys maravedís”, vid. A. Blanco Sánchez, “Inventario de Juan de Ayala, gran impresor toledano (1556)", Boletín de la Real Academia Española, LVII (1987), pp. 207-250.
Los libreros sevillanos Alonso de Alfaro y Francisco Díaz proceden en 1567 a la partición de los bienes del impresor, librero y editor Sebastián de Trujillo, llamados por sus herederos. Entre los libros figuran "trezientos libros del Abad don Juan, a cuatro maravedís, que montan mil e dozientos maravedís: 1.200 mrs." y "dozientos e veintidós Abad don Juan, a cuatro maravedís, que montan ochocientos e ochenta e ocho maravedís: 888 mrs."; vid. Mª Carmen Álvarez Márquez, Impresores, libreros y mercaderes de libros en la Sevilla del quinientos, Zaragoza, Libros Pórtico, 2009, vol. 1, p. 231. En el inventario post mortem del librero vallisoletano Pedro Osete en 1627 se recoge la existencia en su almacen de “10 resmas de la historia del abad don Juan", vid. Anastasio Rojo Vega, Impresores, libreros y papeleros en Medina del Campo y Valladolid, siglo XVII, Salamanca, Junta de Castilla y León, 1994, p. 238.
Otros testimonios de lectores y lecturas
En un inventario castellano en tiempos tempranos figura ya “Ite[m] la estoria del abbad don juan medio real”, en Carmen Albert y María del Mar Fernández Vega, Un inventario anónimo en Castilla la Nueva: 1494-1506, Madrid, CSIC, 2003, p.72. En la relación de obras que Juan de Herrera, cartillero (1555), tenía, según su inventario post mortem, figuran: ”Yten más XLVI tratado de la doncella Teodor y Conde Fernán Gonçalez y Abad don Juan”; vid. V. Bécares Botas, Librerías salmantinas del siglo XVI, Burgos, Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, Caja Segovia, 2007, p.75.
Un ejemplar de Burgos de 1553 aparece registrado en el inventario de Johann Jakob Fugger, vid. Karl L. Selig (1957), "A German Collection of Spanish Books", Bibliothèque d'Humanisme et Renaissance, 19.1, n. 157. En 1560, un grupo de impresores expresaron sus quejas ante la prohibición del Índice de Valdés de imprimir obras anónimas, porque “ay algunos libros de romance buenos en que leen los niños, como Sid Rui Díaz, y Infante don Pedro, y Abad don Juan, y otros semejantes, los quales nunca tuvieron nonbre de autor y por esto no osamos inprimirlos” (Griffin: 162).
La obra también viajó a las Indias. En el registro de Francisco Centeno del embarque a Indias en 1586 se recogen 50 ejemplares de la obra y en el registro de Juan Hidalgo, también de ese mismo año, se notifican dos partidas de cien ejemplares cada una que se repite en 1589, vid. Iriving A. Leonard, Romances of Chivalry in the Spanish Indies with some Registros of Shipments of Books to the Spanish Colonies, Berkeley, University of California Press, 1933, p. 433 y M.ª Carmen Álvarez Márquez, Impresores, libreros y mercaderes de libros. II. Libreros y mercaderes de libros. Parte I, Zaragoza, Libros Pórtico, 2009, pp. 263-267.
El autor de los Siete libros de la Diana, Jorge de Montemayor, no se sabe si por influencia de la leyenda o de la popularidad de la difusión impresa de la obra, menciona al Abad en su obra, ampliando el pasaje en la parte correspondiente a la “Historia de Alcida y Silvano” en la edición de Amberes, Juan Stelsio, 1561. También aparece mención al Abad en los preliminares a las Obras poéticas del mismo Montemayor (Amberes, Juan Stelsio, 1554) y, de acuerdo con Menéndez Pidal, la edición vallisoletana de 1562 fue traducida al portugués en el Journal de Lousã de los meses de enero-marzo de 1889 (Infantes y Martínez Pereira 2012: 24-26).
Bibliografía:
Gómez Redondo, Fernando (2012), Historia de la prosa de los Reyes Católicos: El umbral del Renacimiento, Madrid, Cátedra, vol. II, pp. 1788-1793; Infantes, Víctor (1999), "El abad don Juan de Montemayor: la historia de un cantar", en Santiago Fortuño y Tomás Martínez (eds.), Actes del VII Congrès de l'Associació Hispànica de Literatura Medieval, Castellón, Universitat Jaume I, 2, pp. 255-272; Infantes, Víctor (2000), "Las "historias" caballerescas en la imprenta toledana (II). Manuscrito, impresión y Transmisión: Toledo, 1480-1508", en Actas del VIII Congreso Internacional de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval, Margarita Freixas y Silvia Iriso (eds.), Santander, Consejería de Cultura, vol. 1, pp. 303-316; Infantes, Víctor (2002), “Historia del abad don Juan de Montemayor”, en Carlos Alvar y Lucía Megías (eds.), Diccionario filológico de literatura medieval española. Textos y transmisión, Madrid, Castalia, pp. 636-639; Infantes, Víctor y Ana Martínez Pereira (2012), El abad don Juan, señor de Montemayor. La historia de un cantar, Madrid/Frankfurt am Main, Iberoamericana Vervuert; Menéndez Pidal, Ramón (1903), La leyenda del abad don Juan de Montemayor, Dresden, Gedruckt für die Gesellschaft für Romanische Literaturen; Menéndez Pidal, Ramón (1934), “La leyenda del abad don Juan de Montemayor”, en Historia y epopeya, Madrid, Centro de Estudios Históricos, pp. 99-233.
Notas:
Víctor Infantes (2000: 303-316; 312-314) sugiere la existencia de una edición anterior a la hoy considerada como princeps de la que derivaría la burgalesa que poseyó Hernando Colón, cuya hipótesis se vería reforzada por el hecho de que Rodríguez de Almela viviese en Burgos.
Conocemos dos ediciones más de la obra, ya en el siglo XVII y cuya autoría ha sido atribuida a Juan de Flores y Juan Darcos:
-Juan Darcos, Historia del abad don Juan de Montemayor (Barcelona, Sebastián Cormellas, 1601)
-Juan de Flores, El abad don Juan (Sevilla, Simón Faxardo, 1632)
Gallardo, I, n. *807 describe también una edición no conservada pero impresa en 1693: “Comiença la historia del Abadd (sic) Juan, señor de Montemayor compuesta por Juan de Flores. (Al fin) Impreso en Córdoba en las callejas del alhondiga por Diego de Valverde y Leyva, Acisclo Cortés de Ribera, año 1693, 4º, sin foliar”.
Responsable:
Nuria Aranda
Revisión:
Grupo Clarisel
Fecha de publicación:
2022-03-06
Fecha de última modificación:
2022-03-06
DOI:
https://doi.org/10.26754/uz_comedic/comedic_CMDC239
Cómo citar:
Aranda, Nuria, "Anónimo, Historia del abad don Juan de Montemayor, en Comedic: Catálogo de obras medievales impresas en castellano hasta 1600, Zaragoza (España), ISSN 2530-1985 [en línea]. Publicación: 06-03-2022, DOI: https://doi.org/10.26754/uz_comedic/comedic_CMDC239, [Consulta: dd-mm-aaaa].
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