Ficha:
CMDC222
Autor-es:
Anónimo
Título normalizado:
Carlos Maynes
Variantes título:
Señores agora escuchad y oiredes un cuento muy maravilloso (íncipit, Toledo, ca. 1500-1501); Historia de la reina Sebilla (Portada, Sevilla, 1532); Fue empremido el presente libro de la reina Sebilla (colofón, Sevilla, 1532); La historia de la reina Sebilla. Agora nuevamente impressa (Portada, Burgos, 1551; 1553, 1562); Fue impresso el presente tratado (colofón, Burgos, 1553); La Historia de la reina Sebilla (Portada, Toledo, 1585); Fue impressa la presente obra (colofón, Toledo, 1585).
Título original:
Chanson de Sebile
Fecha composición:
Finales del s. XII-principios del s. XIII
Fecha traducción:
principios s. XIV
Lengua de partida:
Francés
Testimonios manuscritos:
Se conserva en un único testimonio manuscrito inserto en el códice misceláneo conocido como Libro de los huéspedes: Madrid. BME, ms. h-I-13, fols. 124b-152a
Testimonios impresos:
Ocho impresos: 1) [Toledo: Pedro Hagenbach, ca. 1500 - 1501]; 2) Toledo: s.i., 1521, 16 de enero; 3) Sevilla: Juan Cromberger, 1532, 29 de enero; 4) Burgos: Juan de Junta, 1551; 5) Burgos: Juan de Junta, 1551; 6) Burgos: Juan de Junta, 1553, 4 de febrero; 7) Burgos: [Felipe de Junta], [ca. 1562]; 8) Toledo: Pedro López de Haro, 1585.
Formato:
Cuarto
Repertorios:
Haebler, II, n. 120(5); Palau, III, n. 44258; Simón Díaz, BLH, III, n. 6992; Norton, n. 1015; IBE, n. 1487; Martín Abad. Post, n. 352; García-Cervigón del Rey. Toledo, n. 33.
En línea: CCPB 000108722-3 y 000113604-6; GW 12553; ISTC ic00204850; USTC 333960; PhiloBiblon texid 1209 manid 1393.
Ejemplares:
Barcelona. BC: Inc.6-12º (Unicum) (Falto de las hojas a8, b1 y e8 y la portada).
Ejemplar digitalizado:
BC: https://cataleg.bnc.cat/record=b2238790~S13*cat.
Paratextos editoriales:
El único ejemplar conservado carece de portada.
El texto se abre con un pequeño íncipit que dice: “Señores agora escuchad y oiredes un cuento muy maravilloso que debe ser oído así como fallamos en las escrituras antiguas para tomar el hombre fazaña de no creer las cosas tan aína fasta que sepáis la verdad para nunca dexar alto hombre o alta muger sin guarda un día” (a1r).
La materia narrativa aparece fragmentada por medio de calderones, en ocasiones coloreados.
Sin colofón.
Grabados:
Se desconoce si la portada poseía grabados.
Notas:
El único ejemplar conservado perteneció a la biblioteca de Mariano Aguiló y Fuster, e ingresó en la BC en 1908. Las anotaciones manuscritas posiblemente pertenezcan a su mano (García-Cervigón del Rey. Toledo: n. 33). La falta de portada ha dado lugar a que se lo identifique erróneamente con el membrete Historia del emperador Carlomagno, generando una confusión con la traducción de La conqueste du grand Carlemaine des Espaignes de Jean Baignon impresa en 1521 (vid. Carlos Alvar y José Manuel Lucía Megías, Diccionario filológico de Literatura medieval española. Textos y transmisión, Madrid, Castalia, 2002, p. 236).
Según Víctor Infantes, "Las "historias" caballerescas en la imprenta toledana (II). Manuscrito, impresión y Transmisión: Toledo, 1480-1508", en Actas del VIII Congreso Internacional de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval, Margarita Freixas y Silvia Iriso (eds.), Santander, Consejería de Cultura, 2000, pp. 303-316, p. 305 este ejemplar en concreto junto con los también conservados en la BC de la Doncella Teodor y el Abad don Juan de Montemayor, salidos igualmente de las prensas de Hagenbach entre 1500-1501 (signaturas Inc. 7-12º e Inc. 5-12º), habrían formado parte de una encuadernación conjunta de la que se habrían desgajado a finales del siglo XIX o principios del siglo XX, cuando se reencuadernaron independientemente.
Formato:
Cuarto
Repertorios:
Gallardo, Ensayo, II, n. 1870, col. 548 (citan el Regestrum, n. 4063); Palau, VI, n. 115.293; Pérez Pastor. Toledo, n. 92; García-Cervigón del Rey. Toledo, n. 189.
Ejemplares:
Sin ejemplares conocidos.
Paratextos editoriales:
Según lo recogido en el Regestrum y el Abecedarium B, la edición se abriría con un íncipit que diría “En el tiempo que Carlomano (sic)...”.
De acuerdo con los textos hernandinos, el cuerpo del texto estaría dividido en 29 capítulos epitomáticos y numerales.
Grabados:
Nada se dice de la presencia de grabados.
Notas:
Se considera la existencia de esta edición como probada al haber sido recogida por Hernando Colón en su Abecedarium B, n. 4063, vid. Hernando Colón, Abecedarium B y Supplementum. Ed. facsímil de los manuscritos conservados en la Biblioteca Colombina de Sevilla, Madrid, Fundación Mapfre América-Cabildo de la Catedral de Sevilla, 1992, y en el Regestrum, n. 4063, vid. Archer M. Huntington, ed., Catalogue of the Library of Ferdinand Columbus [Ed. facsímil], Nueva York, The Hispanic Society of America, 1905. Según las notas de este bibliófilo, se habría impreso en Toledo el 16 de enero de 1521 y se habría comprado en la ciudad de Medina del Campo el 19 de noviembre de 1524 por el precio de 15 maravedíes, misma fecha en la que adquiere su ejemplar de la edición burgalesa de la Magalona de 1521.
Formato:
Cuarto
Repertorios:
Gayangos, Catálogo, p. LXXXIII; Gallardo, Ensayo, I, 1147*; Palau, n. 115293; Domínguez. Sevilla (1501-1550), n. 323; Griffin, n.329; Castillejo Benavente. Sevilla, n. 190.
En línea: USTC 344609.
Ejemplares:
París. SP: R XVI 879.
Viena. ONV: 66.G.30(6).
Ejemplar digitalizado:
Viena. ONV: http://digital.onb.ac.at/OnbViewer/viewer.faces?doc=ABO_%2BZ169085206
Paratextos editoriales:
En portada, el título: “Historia de la reina Sebilla”.
El texto está dividido en 29 capítulos epitomáticos.
En el colofón se lee: “Fue empremido el presente libro de la reina Sebilla nuevamente corregido y emendado en la muy noble y leal ciudad de Sevilla por Juan Cromberger. A xxix del mes de enero. Año de mil y quinientos y treinta y dos” (d12v).
Grabados:
De acuerdo con Griffin (1988), la portada está compuesta por dos grabados identificados como WC 690 y 691. En realidad, ambas piezas, colocadas con algo de desnivel, pertenecen a un mismo grabado fragmentado. Este representa, en la parte derecha, a un rey entronizado con cetro y corona. Sobre su cabeza, una flor de lis. A su izquierda se sitúa una dama ataviada con ropajes recios. A sus pies, arrodillado, un hombre de estatura menor. En la parte izquierda se hallan un grupo de cinco nobles, de los cuales el primero, semi arrodillado, lleva un documento escrito en la mano. En la parte inferior izquierda de la imagen se encuentra un perro.
El grabado fragmentado remite necesariamente a un uso anterior en una edición cromberguiana no conservada. Su fragmentación podría haberse debido al deterioro, pero no hay constancia tampoco de su reutilización posterior en ediciones de otros títulos. Hay una serie de elementos que justificarían el vínculo iconográfico entre el texto y la imagen y que podrían apoyar la hipótesis de una posible creación ex profeso de la xilografía para una edición sevillana de la Historia de la reina Sebilla no conservada anterior a esta. En primer lugar, la flor de lis sobre la figura regia, símbolo de los reyes franceses, y que ya está presente en la iconografía del emperador francés en el siglo XV, ayudaría a identificar su figura como tal. A su lado, la mujer correspondería con la reina Sebilla y, a sus pies, el hombre de menor tamaño con el enano “que Dios confunda”. A la izquierda, el conjunto de nobles podría ser identificable con los vasallos de Carlomagno y el perro sería sin duda el galgo de Auberin.
La escena de conjunto podría vincularse con el texto del capítulo V, uno de los más significativos de la obra por tratar el destierro final de Sebilla y la condena a muerte del enano y que presenta elementos narrativos asociables con la escena de la portada: “Aquella hora llegó el duque don Jaymes y Guillermo de Escocia y el almerique de Narbona, y fincaron los hinojos en tierra ante el rey Carlomagno y dixeron los hombres: Merced, señor, y derecho. Haced assí como vos consejamos, hazedla echar de la tierra que ella es en cinta de vos, que si la criatura se pierde, cuanto oro hay en el mundo no vos guarescerá. Y porque no digan que nosotros hazemos falso juizio. E dixo el rey: No sé qué me faga, mas hazed venir aquellos hombres y aquel enano y sabremos d’él la verdad (...) Dixo el rey al duque: Amigo don Jaimes y a los otros, dexad a la reina vestir de sus ricos paños, que no querría que fuese desvergonçadamente por estrañas tierras (...) E dixo el rey: Auberin de Mondiser, ir vos conviene con esta dueña hasta que sea fuera del monte (...) E Auberin de Mondiser cavalgó en su cavallo y llevó consigo un lebrel muy grande y muy bien hecho que amava mucho” (aiiijr-avr).
Notas:
El ejemplar París. SP (R XVI 879) aparece encuadernado en un volumen facticio con 5 títulos más salidos de las prensas de los Cromberger, entre ellos la Historia de la linda Magalona. El ejemplar había pertenecido a los agustinos descalzos del convento de Notre-Dame-des-Victoires y a la biblioteca Prytanée de París.
Formato:
Cuarto
Repertorios:
Brunet, V, col. 326; Gayangos. Libros de Caballerías, p. LXXXIIIa; Gallardo, Ensayo, I, n. *1148; Palau, XX, n. 305497; Simón Díaz. BLH, XI, n. 4963; Lucía Megías, Libros de caballerías castellanos en las Bibliotecas Públicas de París: catálogo descriptivo, Alcalá de Henares-Pisa, Universidad de Alcalá-Università degli Studi di Pisa, 1999, n. XXXIV; Fernández Valladares. Burgos, n. 405.
En línea: USTC 342585.
Ejemplares:
París, BNF: Rés. Y2 849 (Unicum).
Paratextos editoriales:
En la portada, el título: “La Historia de la reina Sebilla. Agora nuevamente impresa. 1551”
El cuerpo del texto está dividido en 29 capítulos epitomáticos.
En el colofón se lee: “En Burgos, en casa de Joan (sic) de Junta. Año de M.D.Lj. (E4r)”
Grabados:
La edición está decorada con un único grabado de portada que representa «a un caballero rindiendo pleitesía a una dama coronada, en presencia de dos caballeros y otra dama también con corona, en el interior de un palacio» (Fernández Valladares. Burgos: n. 405, 406 y 423). La xilografía no fue creada ex profeso para la portada de la Reina Sebilla, sino que formaba parte de las llamadas «escenas de romances»¸ planchas de uso frecuente para adornar las portadillas de los romances más narrativos de entre los impresos por la saga de Fadrique de Basilea hasta Felipe de Junta, y que justifica que apareciese también en el Romance del conde Alarcos de Pedro de Riaño [Sin indicaciones tipográficas, pero: Burgos. Juan de Junta. Después de 1550], en las Glosas de los romances de doña Urraca, Bien se pensaba la reina y arriba, canes, arriba de Hurtado [Sin indicaciones tipográficas, pero: Burgos. Juan o Felipe de Junta. c. 1550-1565] y en Aquí se contienen cinco romances y unas canciones muy graciosas. El primero es. Angustiada está la reina. Y el segundo dize. Esse buen rey de Aragón. El tercero dize. Amores trata Rodrigo. El quarto dize. Estáuase el rey don Alonso. Y el quinto es Buen alcayde de Cañete [Sin indicaciones tipográficas, pero: Burgos. Felipe de Junta. c.1565-1570], además de en el interior de los Siete sabios de Roma (Burgos, Juan de Junta, 1554) (véase la entrada correspondiente a esta obra en esta base de datos: http://comedic.unizar.es/index/read/id/112).
Las similitudes que presentan estas xilografías de «escenas de romances» han llevado a Mercedes Fernández Valladares, «Biblioiconografía y literatura popular impresa: la ilustración de los pliegos sueltos burgaleses (o de babuines y estampas celestinescas)», eHumanista, 21, pp. 87-131, p. 113, a agruparlas en un conjunto común, cuya cercanía estética, muy próxima al Oliveros y a algunos grabados de la Celestina, le hace pensar que su datación sería anterior al segundo decenio del siglo XVI y que podrían haber formado parte de un programa iconográfico interior creado ex profeso para una obra concreta no conservada. Es muy probable que estas planchas hubiesen sido adquiridas tras el despegue de la imprenta de Fadrique en 1510, que habría propiciado un desembolso para adquirir nuevos elementos decorativos a lo largo de esa década (Fernández Valladares. Burgos: 136). Los tacos se quedaron en la sucursal burgalesa aun después del traslado de Juan de Junta a Salamanca. El reaprovechamiento masivo de materiales que se operó durante la etapa en la que la titularidad del taller burgalés de Junta fue puramente nominal para rentabilizarlos hasta la saciedad (Mercedes Fernández Valladares, «Indicios y evidencias para la asignación tipobibliográfica de los pliegos sueltos burgaleses del siglo XVI», en Pedro M. Cátedra, María Sánchez Pérez, Laura Puerto Moro, Eva Belén Carro Carvajal y Laura Mier Pérez (eds.), La literatura popular impresa en España y en la América colonial: formas y temas, géneros, funciones, difusión, historia y teoría, Salamanca, Semyr, 2006, pp. 437-475. p. 455) habría propiciado que este grabado, con posible contenido específico en un inicio, fuese utilizado desde una perspectiva puramente referencial y reciclado en la abundante producción de cordel de este taller (Mercedes Fernández Valladares, «Biblioiconografía y literatura popular impresa: la ilustración de los pliegos sueltos burgaleses (o de babuines y estampas celestinescas)», eHumanista, 21 (2016), pp. 87-131, p. 114).
Notas:
El único ejemplar conservado de la edición lleva el superlibros del monarca francés Luis XIV. Incluye también el sello de la Bibliothèque Royale.
Formato:
Cuarto
Repertorios:
Gayangos, Libros de caballerías, p. LXXXIIIa; Fernández Valladares. Burgos, n. 406.
En línea: CCPB CCPB000012890-2; USTC 350957.
Ejemplares:
Madrid. BNE: R/11908 (Unicum).
Paratextos editoriales:
En la portada, el título: “La Historia de la reina Sebilla. Ahora nuevamente impressa. M.D.Lj.”
El cuerpo del texto está dividido en 29 capítulos epitomáticos.
En el colofón se lee: “En Burgos, en casa de Juan de Junta. Año de M.D.Lj. (E4r)”.
Grabados:
La edición está decorada con un único grabado de portada que representa «a un caballero rindiendo pleitesía a una dama coronada, en presencia de dos caballeros y otra dama también con corona, en el interior de un palacio» (Fernández Valladares. Burgos: n. 405, 406 y 423). La xilografía no fue creada ex profeso para la portada de la Reina Sebilla, sino que formaba parte de las llamadas «escenas de romances», planchas de uso frecuente para adornar las portadillas de los romances más narrativos de entre los impresos por la saga de Fadrique de Basilea hasta Felipe de Junta, y que justifica que apareciese también en el Romance del conde Alarcos de Pedro de Riaño [Sin indicaciones tipográficas, pero: Burgos. Juan de Junta. Después de 1550], en las Glosas de los romances de doña Urraca, Bien se pensaba la reina y arriba, canes, arriba de Hurtado [Sin indicaciones tipográficas, pero: Burgos. Juan o Felipe de Junta. c. 1550-1565] y en Aquí se contienen cinco romances y unas canciones muy graciosas. El primero es. Angustiada está la reina. Y el segundo dize. Esse buen rey de Aragón. El tercero dize. Amores trata Rodrigo. El quarto dize. Estáuase el rey don Alonso. Y el quinto es Buen alcayde de Cañete [Sin indicaciones tipográficas, pero: Burgos. Felipe de Junta. c.1565-1570], además de en el interior de los Siete sabios de Roma (Burgos, Juan de Junta, 1554) (véase la entrada correspondiente a esta obra en esta base de datos: http://comedic.unizar.es/index/read/id/112).
Las similitudes que presentan estas xilografías de «escenas de romances» han llevado a Mercedes Fernández Valladares, «Biblioiconografía y literatura popular impresa: la ilustración de los pliegos sueltos burgaleses (o de babuines y estampas celestinescas)», eHumanista, 21, pp. 87-131, p. 113, a agruparlas en un conjunto común, cuya cercanía estética muy próxima al Oliveros y algunos grabados de la Celestina le hace pensar que su datación sería anterior al segundo decenio del siglo XVI y que podrían haber formado parte de un programa iconográfico interior creado ex profeso para una obra concreta no conservada. Es muy probable que estas planchas hubiesen sido adquiridas tras el despegue de la imprenta de Fadrique en 1510, que habría propiciado un desembolso para adquirir nuevos elementos decorativos a lo largo de esa década (Fernández Valladares. Burgos: 136). Los tacos se quedaron en la sucursal burgalesa aun después del traslado de Juan de Junta a Salamanca. El reaprovechamiento masivo de materiales que se operó durante la etapa en la que la titularidad del taller burgalés de Junta fue puramente nominal para rentabilizarlos hasta la saciedad (Mercedes Fernández Valladares, «Indicios y evidencias para la asignación tipobibliográfica de los pliegos sueltos burgaleses del siglo XVI», en Pedro M. Cátedra, María Sánchez Pérez, Laura Puerto Moro, Eva Belén Carro Carvajal y Laura Mier Pérez (eds.), La literatura popular impresa en España y en la América colonial: formas y temas, géneros, funciones, difusión, historia y teoría, Salamanca, Semyr, 2006, pp. 437-475, p. 455) habría propiciado que este grabado, con posible contenido específico en un inicio, fuese utilizado desde una perspectiva puramente referencial y reciclado en la abundante producción de cordel de este taller (Mercedes Fernández Valladares, «Biblioiconografía y literatura popular impresa: la ilustración de los pliegos sueltos burgaleses (o de babuines y estampas celestinescas)», eHumanista, 21 (2016), pp. 87-131, p. 114).
Notas:
El único ejemplar conservado incluye el sello de Pascual Gayangos.
Formato:
Cuarto
Repertorios:
José Manuel Lucía Megías, Libros de caballerías castellanos en las Bibliotecas Públicas de París: catálogo descriptivo, Alcalá de Henares-Pisa, Universidad de Alcalá-Università degli Studi di Pisa, 1999, n. XXXV; Fernández Valladares. Burgos, II, n. 423.
En línea: USTC 348273.
Ejemplares:
Munich. BSM: Rar. 1807.
París. BNF: Rés. Y2 850.
Ejemplares digitalizados:
Munich. BSM: https://books.google.es/books?id=9VpdAAAAcAAJ&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ViewAPI&redir_esc=y#v=onepage&q&f=false
Paratextos editoriales:
En portada, el título: “La Historia de la reina Sebilla. Agora nuevamente impresa. M.D.Liij.”
El cuerpo del texto está dividido en 29 capítulos epitomáticos.
En el colofón se lee: “Fue impresso el presente tratado en la muy noble y más leal ciudad de Burgos, en casa de Juan de Junta impressor de libros. Acabose a cuatro días del mes de hebrero. Año de mil y quinientos y cincuenta y tres (E4r)”.
Grabados:
Esta edición muestra en portada una escena que refleja «un cortejo a caballo formado por dos reyes, seguidos de una dama y dos caballeros, que se presentan ante una dama entronizada, bajo cuyo estrado sobresale una figura diablesca enana, todo ello dentro de un marco de doble filete» (Fernández Valladares. Burgos: n. 423). La plancha procede del juego que había sido empleado por Fadrique de Basilea para la ilustración de la traducción del Libro del Anticristo de Martín Martínez de Ampiés (1497). En esta obra, aparece decorando los capítulos XXV «Cómo las gentes paganas de Got y Magot, Egipto, Etiopía con otros muchos demandarán al Anticristo por le adorar como a su dios» y XXVI «Cómo los reyes ya dichos en el capítulo ante de este querrán ver los milagros del Anticristo según sus discípulos habrán predicado», donde el entronizado es claramente el Anticristo acompañando al diablillo y el cortejo de reyes corresponde con los soberanos de estos territorios que se mencionan en el epígrafe. Juan de Junta, en su edición de ca. 1535, lo volverá a emplear en ambos capítulos (ver la entrada correspondiente al Anticristo en esta base de datos http://comedic.unizar.es/index/read/id/97).
El análisis del modelo iconográfico de la imagen se remonta a las prensas de Pablo Hurus y, en último lugar, a territorio germano. En 1496 este impresor alemán estampa por primera vez el Libro del Anticristo y, como fue habitual en su taller, este empleó en la obra las xilografías alemanas de la edición del Der Antichrist [Estrasburgo, s.i., ¿1492?], puesto que el texto había conocido una gran difusión como libro xilográfico, de donde procede el referente iconográfico, y en forma de libro tipográfico a partir de ca. 1482, vid. María Jesús Lacarra, «El ciclo de imágenes del Libro del Anticristo [Zaragoza, Pablo Hurus, 1496], Revista de poética medieval, 30 (2016), pp. 179-198, pp. 183-186 (https://ebuah.uah.es/dspace/handle/10017/32939).
La plancha de Fadrique de Basilea copia en espejo la empleada por Hurus en el capítulo XXV, pero mucho más simplificada. Los distintivos y vestimentas de cada uno de los reyes y reinas que acuden a visitar al Anticristo se han uniformado, y pierde ese color geográfico que presentaban los diferentes personajes del grabado zaragozano, correspondientes con la descripción proporcionada por el epígrafe. La reproducción de xilografías de este impresor en el taller burgalés del suizo fue una constante a lo largo de la producción editorial de este, quien tuvo como modelo las ediciones aragonesas para garantizarse el éxito comercial, reeditando no solo el texto, sino también copiando descaradamente las ilustraciones hasta tal punto de constituirse una filial extraoficial de la imprenta de Hurus, vid. José Luis Canet, «Reflexiones sobre el libro ilustrado del impresor Fadrique Biel de Basilea», Revista de poética medieval, 20 (2016), pp. 81-104 (https://ebuah.uah.es/dspace/handle/10017/32859).
Notas:
El ejemplar de la BNF lleva en portada el sello de la Bibliothèque Royale. Según Mercedes Fernández Valladares, "Los caminos de la búsqueda bibliográfica. Rastros, indicios y hallazgos de raros impresos burgaleses del siglo XVI. Rastros de ediciones desconocidas", Pliegos de bibliofilia, 6 (1999), pp. 5-18, p. 15, el ejemplar de la Biblioteca de Munich aparece en el inventario del banquero J. J. Fugger.
Formato:
Cuarto
Repertorios:
Carlos Alvar y José Manuel Lucía Megías, Diccionario filológico de literatura medieval española: textos y transmisión, Madrid, Castalia, 2002, p. 238; Fernández Valladares. Burgos, n. 495.
En línea: CCPB CCPB000012889-9; USTC 351158.
Ejemplares:
Madrid. BNE: R/31364/39.
Toledo. B. Cigarral del Carmen (particular).
Paratextos editoriales:
En la portada, el título: “La Historia de la reina Sebilla. Agora nuevamente impressa”.
El texto está dividido en 29 capítulos epitomáticos.
En el colofón se lee: “Agora nuevamente impresso en Burgos” (E4r).
Grabados:
La edición está decorada con un único grabado de portada que representa «a un caballero rindiendo pleitesía a una dama coronada, en presencia de dos caballeros y otra dama también con corona, en el interior de un palacio» (Fernández Valladares. Burgos: n. 405, 406 y 423). La xilografía no fue creada ex profeso para la portada de la Reina Sebilla, sino que formaba parte de las llamadas «escenas de romances»¸ planchas de uso frecuente para adornar las portadillas de los romances más narrativos de entre los impresos por la saga de Fadrique de Basilea hasta Felipe de Junta, y que justifica que apareciese también en el Romance del conde Alarcos de Pedro de Riaño [Sin indicaciones tipográficas, pero: Burgos. Juan de Junta. Después de 1550], en las Glosas de los romances de doña Urraca, Bien se pensaba la reina y arriba, canes, arriba de Hurtado [Sin indicaciones tipográficas, pero: Burgos. Juan o Felipe de Junta. c. 1550-1565] y en Aquí se contienen cinco romances y unas canciones muy graciosas. El primero es. Angustiada está la reina. Y el segundo dize. Esse buen rey de Aragón. El tercero dize. Amores trata Rodrigo. El quarto dize. Estáuase el rey don Alonso. Y el quinto es Buen alcayde de Cañete [Sin indicaciones tipográficas, pero: Burgos. Felipe de Junta. c.1565-1570], además de en el interior de los Siete sabios de Roma (Burgos, Juan de Junta, 1554) (véase la entrada correspondiente a esta obra en esta base de datos: http://comedic.unizar.es/index/read/id/112).
Las similitudes que presentan estas xilografías de «escenas de romances» han llevado a Mercedes Fernández Valladares, «Biblioiconografía y literatura popular impresa: la ilustración de los pliegos sueltos burgaleses (o de babuines y estampas celestinescas)», eHumanista, 21, pp. 87-131, p. 113 a agruparlas en un conjunto común, cuya cercanía estética muy próxima al Oliveros y algunos grabados de la Celestina le hace pensar que su datación sería anterior al segundo decenio del siglo XVI y que podrían haber formado parte de un programa iconográfico interior creado ex profeso para una obra concreta no conservada. Es muy probable que estas planchas hubiesen sido adquiridas tras el despegue de la imprenta de Fadrique en 1510, que habría propiciado un desembolso para adquirir nuevos elementos decorativos a lo largo de esa década (Fernández Valladares. Burgos: 136). Los tacos se quedaron en la sucursal burgalesa aun después del traslado de Juan de Junta a Salamanca. El reaprovechamiento masivo de materiales que se operó durante la etapa en la que la titularidad del taller burgalés de Junta fue puramente nominal para rentabilizarlos hasta la saciedad (Mercedes Fernández Valladares, «Indicios y evidencias para la asignación tipobibliográfica de los pliegos sueltos burgaleses del siglo XVI», en Pedro M. Cátedra, María Sánchez Pérez, Laura Puerto Moro, Eva Belén Carro Carvajal y Laura Mier Pérez (eds.), La literatura popular impresa en España y en la América colonial: formas y temas, géneros, funciones, difusión, historia y teoría, Salamanca, Semyr, 2006, pp. 437-475. p. 455) habría propiciado que este grabado, con posible contenido específico en un inicio, fuese utilizado desde una perspectiva puramente referencial y reciclado en la abundante producción de cordel de este taller (Mercedes Fernández Valladares, «Biblioiconografía y literatura popular impresa: la ilustración de los pliegos sueltos burgaleses (o de babuines y estampas celestinescas)», eHumanista, 21 (2016), pp. 87-131, p. 114).
Notas:
De acuerdo con Fernández Valladares. Burgos, n. 423, el ejemplar de la BNE procede de las bibliotecas de Carlos Álvarez Guijarro y José Lázaro Galdiano.
Formato:
Cuarto
Repertorios:
No aparece en Pérez Pastor. Toledo.
En línea: CCPB CCPB001119369-7.
Ejemplares:
Barcelona. BC: Bon. 9-II-9 (Unicum).
Ejemplar digitalizado:
https://books.google.es/books?vid=BNC:1001736612&printsec=frontcover&redir_esc=y#v=onepage&q&f=false
Paratextos legales:
Mención a la licencia en la portada.
Paratextos editoriales:
En la portada, el título: “Historia de la reina Sebilla. En Toledo. Impressa con licencia en casa de Pero López de Haro. Año de M.D.Lxxxv”
El texto está dividido en 29 capítulos epitomáticos.
En el colofón se lee: “Fue impressa la presente obra en la muy noble ciudad de Toledo en casa de Pedro López de Haro. Año de M.D.Lxxxv” (d12v).
Grabados:
La portada que adorna esta edición pertenece a la tradición celestinesca. Se trata de una copia en espejo de la xilografía que ocupaba esta misma posición en la Tragicomedia impresa en Zaragoza en 1545 por Bartolomé de Nájera y Pedro Bernuz, y reeditada por el propio Bernuz ya en solitario al frente del taller (vid. para sus descripciones https://comedic.unizar.es/index/read/id/322). La composición de la escena ha sido descrita por María Jesús Lacarra, “La tradición iconográfica de la Tragicomedia de Calisto y Melibea (Zaragoza: Pedro Bernuz y Bartolomé de Nájera, 1545), en Avatares y perspectivas del medievalismo ibérico, ed. Isabella Tomassetti, San Millán de la Cogolla, Cilengua, 2019, vol II, pp. 1685-1696, p. 1689, en los siguientes términos: “En la portada a dos tintas aparece Melibea, asomada a un balcón, presidiendo la escena y dirigiendo su mirada hacia Calisto. Este, desde el huerto y con su mano izquierda sobre el pecho, parece declararle su amor, pero se sitúa en una posición inferior; al fondo, posado en las ramas, se representa el halcón. A la derecha, Celestina, provista de su habitual madeja de hilo, llama a la puerta de la casa de Melibea, mientras Lucrecia asoma a una ventana adornada con frontón triangular. En la calle, ocupa el primer plano una imagen de Sempronio tratando de dominar a un caballo”.
Dentro de la línea iconográfica de la Celestina, esta plancha es deudora de la nueva portada empleada en la Tragicomedia de Juan Cromberger (1535), y reutilizada en 1543 pero, además de incluir todos los elementos de esta renovación, como Celestina llamando a la puerta, Lucrecia asomada en la ventana o el caballo medio desbocado, resulta mucho más elaborada, con un mayor refinamiento y un cuidado en los juegos de sombras y en la representación de volúmenes, vid. María Jesús Lacarra, “La Tragicomedia de Calisto y Melibea en Zaragoza (1507-1607): los modelos iconográficos y su pervivencia”, en La fisionomía del libro medieval y moderno entre la funcionalidad, la estética y la información, dir. Manuel José Pedraza Gracia, eds. Camino Sánchez Oliveira y Alberto Gamarra Gonzalo, Zaragoza, PUZ, 2019, pp. 237-250, p. 245. Esto se debe a la influencia que los modelos iconográficos de las traducciones de la Tragicomedia ejercieron sobre el anónimo artista zaragozano, y en concreto la edición ausburguesa de Heinrich Steiner (1534) y las xilografías de Hans Weiditz, con las que en conjunto el programa iconográfico de las Celestinas zaragozanas guarda relación iconográfica, vid. Fernando Carmona Ruiz, “La cuestión iconográfica de la Celestina y el legado de Hans Weiditz”, eHumanista 19 (2011): 79-112 (https://www.ehumanista.ucsb.edu/sites/secure.lsit.ucsb.edu.span.d7_eh/files/sitefiles/ehumanista/volume19/3%20ehumanista19.celestina.carmonaruiz.pdf) y Amaranta Saguar García, “¿Un programa iconográfico original? Modelos alemanes para los tacos de la edición Zaragoza, en la oficina de Jorge Coci a costa de Pedro Bernuz y Bartolomé de Nájera, 17 de junio de 1545, de Celestina”, en Enrique Fernández y Amaranta Saguar (ed.), Videoactas del I Congreso del CELPYC (4-5 de junio de 2020), Nueva York, CELPYC, 2020, vídeo 11. https://doi.org/10.47537/celpyc2020.11
El grabado de Nájera y Bernuz se convirtió en modelo de ediciones posteriores de la Tragicomedia. La copia que adorna la portada de la Reina Sebilla había aparecido previamente en esta misma posición en la Tragedia Policiana de Sebastián Fernández (Toledo, Fernando de Santa Catalina, 1548) y después en la Comedia Selvagia (Toledo, Juan Ferrer, 1554). Se desconoce la procedencia de esta plancha o cómo la adquirió Santa Catalina, pero su empleo en el taller de Juan Ferrer se justifica al heredar este los materiales de su antecesor, para el que trabajó como entallador muy seguramente (García-Cervigón del Rey. Toledo, pp. 322-349), y lleva a pensar especialmente en la edición de una Celestina toledana no conservada con esta xilografía, vid. Clive Griffin, “Celestina’s Illustrations”, Bulletin of Hispanic Studies, vol. 78, n.º 1 (2001), pp. 59-80, p. 72, nota 15. Dentro de la Policiana y la Selvagia queda iconográficamente justificada, pues se tratan de continuaciones para cuya ilustración se inspiraron en las tópicas xilografías como estrategia comercial o como homenaje al modelo, vid. Pierre Civil, “Grabados celestinescos. La ilustración de un “género” literario en la primera mitad del siglo XVI”, en La escritura inacabada: continuaciones literarias y creación en España (siglos XIII a XVII), eds. David Álvarez Roblin y Olivier Biaggini, Madrid, Casa de Velázquez, 2017, pp. 85-101 (https://books.openedition.org/cvz/3329).
Se desconoce cómo la plancha pudo llegar a manos de Pedro López de Haro en estos momentos finales de siglo. Es probable que este impresor, de escasa actividad, surtiese su imprenta con los remanentes que pudo haber adquirido a otros talleres, vid. Juan Delgado Casado, Diccionario de impresores españoles (siglos XV-XVIII), Madrid, Arco Libros, 1996, p. 393.
Notas:
El único ejemplar conservado contiene múltiples marcas de humedad y proviene de la donación de la colección Bonsoms-Chacón. La rúbrica en la parte inferior de algunas páginas indica que fue el ejemplar entregado al Consejo de Castilla para la concesión de una licencia de impresión.
Materia:
Historias caballerescas breves
Edición moderna:
Ediciones a partir del Libro de los huéspedes (Madrid. BME, ms. h-I-13, fols. 124b-152a)
Ed. Amador de los Ríos (1864), Historia crítica de la literatura española, Madrid, Imprenta de J. Fernández Cancela, tomo 5, pp. 344-391; ed. Adolfo Bonilla (1907), Libros de caballerías, Madrid, Bailly-Baillére, tomo I, pp. 503-533 (http://www.cervantesvirtual.com/obra/cuento-del-emperador-carlos-maynes-e-de-la-emperatris-seuilla/); ed. Hermann Tiemann (1977), Der Roman von der Königin Sibille, Hamburgo, Dr. Ernst Hauswedell & Co.; ed. Anita Benaim de Lasry (1982), «Carlos Maynes» and «La enperatris de Roma». Critical Edition and Study of Two Medieval Spanish Romances, Newark, Juan de la Cuesta; ed. John K. Jr. Moore (2008), Libro de los huéspedes (Escorial MS h.I.13). A critical Edition, ACMRS, Arizona; ed. Carina Zubillaga (2008), "Un noble cuento del enperador Carlos Maynes de Roma e de la buena enperatrís Sevilla su mugier", en Antología castellana de relatos medievales (Ms. Esc. h-I-13), Buenos Aires, Secrit, pp. clviii-clxix.
Ediciones a partir de la tradición impresa
Ed. Agustín González de Amezúa (1948), La historia de la reina Sebilla, Madrid, La Arcadia (a partir de Burgos, 1551); ed. Nieves Baranda (1995), «Historia de la reina Sebilla», en Historias caballerescas del siglo XVI, Madrid, Turner, vol. I, pp. 417-496 (a partir de Sevilla, 1532).
Reescritura:
De un cantar de gesta francés al manuscrito escurialense: primera codificación editorial
Los orígenes de esta obra deben situarse en el cantar de gesta francés la Chanson de la reine Sebille, datado de finales del siglo XII o principios del siglo XIII, y del que apenas se han conservado tres fragmentos muy incompletos. De este cantar de gesta derivaría la prosificación castellana manuscrita y conservada en el códice escurialense h-I-13 (Baranda 2002: 236). Para Francisco Rico, “Entre el códice y el libro”, en Libro del caballero Zifar. Códice de París, Francisco Rico (dir.), Barcelona, Moleiro, 1996, pp. 245-258, p. 257, la uniformidad lingüística que presenta con rasgos occidentales o leoneses y la referencia a una traducción del gallego que se hace en Una sancta emperatris harían suponer que se traslada de esta lengua o se castellaniza del leonés un códice perdido del siglo XIV, aunque otras voces abogan por la existencia de un cantar castellano actualmente perdido sobre el tema de la reina Sebilla, vid. José Ignacio Chicoy-Dabán, A Study of the Spanish ‘Queen Sebilla’ and Related Themes in European Medieval and Renaissance Period, Diss., University of Toronto, 1974.
En cuanto a la posible recepción del texto manuscrito, es necesario destacar dos aspectos: la titulación y el conjunto de textos con los que comparte espacio en el códice misceláneo. En relación con el primero, en la traducción y prosificación del texto se ha producido un cambio en el que toma protagonismo Carlos Maynes frente a la reina Sebilla (“Aqui comjença un noble cuento del enperador carlos maynes”). Este pretendería centrar la atención en Carlomagno y su corte y en su entramado político-moral, abandonando el tema de la reina calumniada, representado por Sebilla, de origen folclórico y una amplia difusión (Baranda 2002: 236). Esto se entendería dentro del pensamiento molinista del siglo XIV donde lo trascendente era la corte de Carlomagno y la posición que este desempeñaba dentro del entramado político-moral. A esto contribuirían también, dentro de esta misma corriente cultural, las dos intenciones temáticas de la obra: la necesidad de avisar contra los malos consejeros y privados y “el recto uso al que debe someterse la fuerza caballeresca, prestando auxilio a los representantes más desvalidos de la nobleza” (Gómez Redondo 1999: 1605-1606).
El manuscrito de Carlos Maynes se ha conservado en un códice misceláneo que agrupa los siguientes títulos, ocupando esta obra la última posición: Vida de santa María Magdalena, Vida de santa Marta, Vida de santa María Egipciaca, Vida de santa Catalina, el Cavallero Plaçidas, la Estoria del rey Guilleme, Otas de Roma y el Muy fermoso cuento de una sancta emperatris, que en total pueden resumirse en cuatro relatos protagonizados por santas, dos textos en los que se resalta la capacidad de sufrimiento de hombres y familias que superan los avatares de su destino y tres obras de reinas difamadas, por ese orden, vid. Juan Manuel Cacho Blecua, “El cuento del emperador Carlos Maines y el exemplum del mejor amigo de Merlín (tipo 921B)” en Tipología de las formas narrativas breves románicas medievales (III), María Jesús Lacarra y Juan Manuel Cacho Blecua (coords.), Zaragoza/Granada, Prensas de la Universidad de Zaragoza/Prensas de la Universidad de Granada, pp. 11-142, p. 115.
La unión temática del códice es bastante clara, donde la presentación de mujeres santas o reinas falsamente acusadas que finalmente recobran su posición inicial es mayoritaria. No obstante, la presentación del relato como “cuento maravilloso” podría suponer la culminación de un proceso de adaptación del texto a un nuevo público receptor hispano, para el que se han eliminado nombres considerados como desconocidos, y entrañaría, además, la transición a lo que puede denominarse como romance español y al inicio del modelo de aventuras caballerescas. Todo ello sin salirse del molinismo y la importancia concedida a las figuras no nobles o antinobles del relato dentro del discurso de ideología pro-monárquica y anti-linajística (Heusch 2016).
Segunda codificación editorial: la trayectoria impresa quinientista
El texto
El cotejo realizado por Baranda (1999) a partir de las ediciones de Toledo (ca. 1500-1501), Sevilla (1532) y Burgos (1551) muestra que la tradición impresa deriva de un arquetipo común al texto manuscrito, pero separada de este por agruparse bajo un mismo subarquetipo que ha incluido novedades, entre las más destacables algunas omisiones con graves errores de transmisión, adiciones, modernización lingüística e intervenciones deliberadas para adecuar el texto a los nuevos lectores: introducción del discurso directo, pasajes con más dramatismo, resumen de detalles geográficos y de personajes secundarios y una delimitación rudimentaria en la parte final de la obra en bloques que podrían corresponder con capítulos con una pequeña rúbrica. El objetivo que se perseguiría sería hacer el texto más evidente intensificando lo maravilloso (vid. también Chicoy-Dagan 1982).
El conjunto de impresos conservados muestra a su vez el proceso de transición del manuscrito al impreso. El impreso toledano presenta un texto defectuoso que se ha achacado con el estado del manuscrito base no conservado, con la impericia del componedor o con la unión de ambos, ya que resulta ininteligible y el texto aparece fragmentado en 46 divisiones textuales, muy irregularmente distribuidas e introducidas por calderones, y que recuerdan al códice escurialense, y sin ninguna fragmentación en capítulos. Podría considerarse, no como un impreso, sino como la copia por medios mecánicos de un manuscrito. A partir de la edición cromberguiana de 1532, aunque por lo consignado por Hernando Colón también debe presuponerse como propio de la edición toledana de 1521, la materia narrativa está estructurada en 29 capítulos con sus correspondientes rúbricas explicativas. Esta edición constituye el inicio de una nueva rama de transmisión con respecto a Toledo (ca. 1500-1501) que introduce de nuevo cambios textuales: sustitución de términos anticuados, mayor corrección y supresión de las marcas de oralidad que apelaban al lector, propias precisamente de un cuento (la supresión más evidente la inicial: “Señores agora escuchad...”), concediéndole mayor dinamismo textual (Baranda 1999).
El título
La tradición impresa de la obra presenta dos novedades con respecto al testimonio manuscrito: el apelativo “historia” de forma sistemática y generalizada, y la sustitución de Carlos Maynes por la reina Sebilla.
En relación con la primera novedad, en el interior del Libro de los huéspedes el texto aparecía presentado en el íncipit como cuento (“Aquí comiença un noble cuento del emperador Carlos Maynes de Roma, y de la buena emperatriz Sevilla, su muger”). Esta categoría no era de nueva formación, sino que se trataba de un género ya constituido durante el periodo medieval caracterizado por la brevedad, y por la función utilitaria y moral que facilitó su transmisión en el seno de diversas colecciones o al servicio de un marco narrativo mayor. En lo que concierne al Carlos Maynes, la extensión sobrepasa con creces los límites de extensión propuestos por un cuento, pero mantiene el carácter utilitario y moral que le pudo valer esta adscripción genérica compartida con el Rey Guillermo, las Otas de Roma y la Santa emperatriz presentes en el mismo códice. Con la llegada de la imprenta, esta impuso los códigos de su propia titulación para aquellos “cuentos” ofrecidos aislados, según los cuales el sustantivo “historia”, que se había modificado terminológicamente a lo largo del periodo medieval para constituirse como sinónimo de narración, se ofrecía, no solo más adecuado, sino identificativo del género editorial de la narrativa caballeresca breve al que se adscribe esta obra. Vid. Victor Infantes, “Tipologías de la enunciación literaria en la prosa áurea. Seis títulos (y algunos más) en busca de un género: obra, libro, tratado, crónica, historia, cuento, etc. (IV)”, en Actas del XIII Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas: Madrid 6-11 de julio de 1998, coord. Florencio Sevilla Arroyo y Carlos Alvar Ezquerra, Madrid, Castalia, 3, 2000, pp. 641-654 y “Tipologías de la enunciación literaria de la prosa áurea: seis títulos (y algunos más) en busca de un género: obra, libro, tratado, crónica, historia, cuento, etc...(VI)”, en Memoria de la palabra: actas del VI Congreso de la Asociación Internacional Siglo de Oro. Burgos-La Rioja 15-19 de julio 2002, eds. Francisco Domínguez Matito y María Luisa Lobato López, Iberoamericana, Vervuert, Fundación San Millán de la Cogolla, 2, 2004, pp. 1059-1071; Fernando Gómez Redondo, “Historiografía medieval: constantes evolutivas de un género”, Anuario de estudios medievales, 19 (1989), pp. 3-16.
Por otro lado, la anteposición de la protagonista femenina en el título supone recuperar de nuevo la esencia del cantar de gesta, donde la Reina Sebilla se erigía como figura central del relato. La tradición impresa rescata su protagonismo en un posible intento por establecer similitudes con otros textos de este género editorial o afines con presencia femenina en la titulación (La doncella Teodor, La Poncella de Francia, La linda Melusina o La linda Magalona en su difusión quinientista), o simplemente por plantear un distanciamiento con la Historia de Carlomagno y los doce pares de Francia, de trayectoria impresa paralela.
La transición de un cambio de titulación a otro se habría producido en un testimonio intermedio entre la princeps toledana, que todavía identifica el relato como "cuento" y la edición sevillana de 1532, aunque, según los datos proporcionados por el Regestrum, es probable que el nuevo título ya constara en la toledana de 1521.
Los grabados
Si presuponemos que el grabado de la edición sevillana de 1532 fue creado ex profeso para la obra, la Historia de la reina Sebilla habría contado con una tradición iconográfica específica mantenida en la imprenta hasta esta edición, posiblemente heredada de época incunable, donde los grabados mantenían un vínculo iconográfico fuerte con el texto al que acompañaban con función utilitaria e informativa para los lectores, y como un apoyo visual que permitiese el ejercicio mnemotécnico. La fragmentación del grabado de esta edición demuestra un uso continuado, por lo que es necesario pensar en la existencia de ediciones anteriores no conservadas del taller cromberguiano, o incluso del perteneciente a Ungut y Polono.
La correlación texto-imagen va a perderse progresivamente en posteriores ediciones dentro de la transmisión impresa quinientista de la obra. Las ediciones burgalesas de 1551 y ca. 1562 muestran una escena cortesana que bien podría querer resaltar la corte de Carlomagno, espacio en torno al que gira buena parte del hilo argumental de la obra. Además de la reutilización de un grabado que pudo haber formado parte de un programa iconográfico específico de una obra localizada en el taller de Fadrique de Basilea (ver el apartado “grabados” de estas ediciones), su reaparición en romances con protagonistas nobiliarios o figuras femeninas regias muestra en la conciencia de Rodrigo de la Torre, segundo regente que dirigió el taller burgalés tras la marcha de Juan de Junta a Salamanca, y quien habría tomado las decisiones editoriales de las ediciones de 1551, una similitud temática entre estas composiciones versificadas y la obrita en prosa de la Reina Sebilla. Este vínculo iconográfico-editorial fue recogido por Felipe de Junta, quien echó la vista atrás a sus predecesores en el taller burgalés a la hora de escoger las xilografías que iban a adornar sus obras de narrativa caballeresca breve.
Es particular la edición burgalesa del 4 de febrero 1553, que parece romper con la línea seguida, tanto por las dos ediciones anteriores, como por la juntina posterior. Para entender su singularidad, es necesario conocer el contexto en el que tiene lugar su impresión. El diciembre de 1552 se había roto la sociedad entre Juan de Junta y Alejandro Cánova, algo que influyó en el taller burgalés, regentado por de la Torre. Isabel de Basilea buscó el apoyo de Matías Gast, su futuro yerno, quien otorgaría un contrato de cesión de la imprenta burgalesa el 15 de febrero de 1553 a Alonso de Medina. Este periodo inicial de seis meses fue convulso, y el ritmo de producción del taller no se recuperaría hasta 1554 de la mano de este regente, el que más ediciones sacó a la luz de narrativa caballeresca breve (Fernández Valladares. Burgos, I: 167-169). Debe presuponerse que la edición de 1553 no se debió a Rodrigo de la Torre, puesto que resultaría anómalo que hubiese roto la continuidad iconográfica de sus ediciones. Tampoco es descartable que, pese a que el contrato de cesión con Alonso de Medina se firmase el 14 de febrero, este hubiese realizado alguna impresión previa en el taller a principios de mes, puesto que la reutilización de un grabado del programa iconográfico del Libro del Anticristo solo se notifica, además de en la Reina Sebilla, en el interior de la edición de este regente de los Siete sabios de Roma. La composición de la escena esta xilografía podría guardar cierta relación con los fragmentos textuales del inicio donde el rey Carlos Maynes recibe a sus caballeros, pero siempre resultaría extraño el demonio que acompaña al Anticristo, elemento disidente en la composición.
La edición toledana de López de Haro (1585) supone una pérdida total de cualquier vínculo iconográfico posible, puesto que la composición de la escena celestinesca no ofrece ningún referente que pueda asociarse con un personaje concreto del contenido narrativo, más allá de mostrar una composición puramente referencial. A finales del siglo XVI era ya poco frecuente mostrar una xilografía como adorno de portada y López de Haro, con un taller de reducida capacidad impresora, habría querido potenciar esta obra de ficción ofreciéndosela a los lectores como afín a la Tragicomedia, iconográficamente bien identificada por estos a raíz de su continua reedición en el Quinientos.
La adscripción editorial en el Quinientos
Genéricamente, la Historia de la reina Sebilla pertenece al «género editorial» de la narrativa caballeresca breve definido por Infantes, terminología que pretende agrupar un conjunto de 20 textos separados por disparidades literarias, pero unidos por factores editoriales que han conducido a cambios textuales solo explicables por la intervención de agentes externos pertenecientes al mundo de la imprenta, vid. Víctor Infantes, «El género editorial de la narrativa caballeresca breve», Voz y letra. Revista de literatura, vol. 7, n.º 2 (1996), pp. 127-132, p. 130. La retórica común que los conserva unidos proviene de su pertenencia a un repertorio editorial que se mantiene vivo por la existencia de unos lectores que lo justifican. Los nexos comunes, donde encajan perfectamente las características de la Reina Sebilla impresa, son el abundante número de ediciones en este siglo, un origen medieval común a partir de traducciones de textos pertenecientes prioritariamente a territorio francés, brevedad de impresión, un formato unitario en cuarto y el membrete «historia» casi generalizado en la titulación. Si se atiende a lo textual, la Reina Sebilla, al igual que los restantes títulos del corpus, también se codifica entre 1490 y 1530, fechas en las que podemos situar tanto la princeps de Hagenbach como la edición cromberguiana, y somete al texto a un proceso de amplificatio, abbreviatio y adaptación. Desde una perspectiva narrativa, compartiría también con el género editorial la presencia de condicionantes folclóricos populares, en este caso el motivo de la reina difamada, y la justificación de comportamientos mediante la presencia de elementos religiosos, devotos y morales que propugnan la ejemplaridad y la enseñanza ética, algo que podría ser perceptible en la peregrinatio de la reina y sus intentos por limpiar su imagen mancillada de reina casta, vid. Víctor Infantes, «La narración caballeresca breve», en Evolución narrativa e ideológica de la literatura caballeresca, ed. María Eugenia Lacarra, Bilbao, Servicio Editorial Universidad del País Vasco, 1991, pp. 165-182.
Muchos pudieron ser los motivos por los que la Historia de la reina Sebilla no continuó su periplo editorial hasta una reescritura en pliegos de cordel más allá de la edición vallisoletana de 1623 (vid. el apartado "notas"). Es probable que la Historia del emperador Carlomagno y los doce pares de Francia, dada su mayor fortuna en la imprenta, fuese considerada mucho más atractiva, donde la figura del propio Carlomagno resultaba mucho más caballeresca y épica frente a la presentada por Carlos Maynes, en el que el personaje queda manchado por su comportamiento erróneo a la hora de juzgar a su mujer.
Testimonios de lectura:
Inventarios de impresores y libreros
En el inventario de la imprenta de Juan Jofré (1542) figuraban "Las historias de Carlo Magno"; vid. José L. Canet Vallés (1999: 42), "El impresor valenciano Juan Jofré", en Tragicomedia de Calisto y Melibea (Valencia, Juan Joffre,1514), Madrid, Ministerio de Cultura, BNE. Los libreros sevillanos Alonso de Alfaro y Francisco Díaz proceden en 1567 a la partición de los bienes del impresor, librero y editor Sebastián de Trujillo, llamados por sus herederos. Entre los libros figuran "seiscientos e ocho Carlos Manos, a veinte e cinco maravedís cada uno, que montan quinze mil e dozientos maravedís: 15.200 mrs.". También figuran "setenta Carlomanos, a veinte e cinco maravedís cada uno, que suman mil e setecientos e cincuenta maravedís: 1.750 mrs.","ochenta Carlomanos, a veinte e cinco maravedís cada uno, que valen dos mil maravedís: 2.000 mrs." y "doze Carlomanos, a treinta e un maravedís cada uno, que montan trezientos e setenta e dos maravedís: 372"; vid. Mª Carmen Álvarez Márquez (2009), Impresores, libreros y mercaderes de libros en la Sevilla del quinientos, Zaragoza, Libros Pórtico, vol. 1, pp. 231-235. En el inventario de Juan Cromberger, realizado en Sevilla en 1540 figuran “71 Reyna Sebilla” (asiento 149) y “136 Reyna Sebilla” (asiento 214) que Clive Griffin, “El inventario del almacén de libros del impresor Juan Combreger: Sevilla 1540”, en El libro antiguo español IV, pp. 257-373, asocia con la edición ya existente de 1532, con una desconocida o con otra procedente de otro taller.
Inventarios de poseedores
En la relación de obras que Juan de Herrera, cartillero (1555), tenía, según su inventario post mortem, figuran: ”Yten más dieciocho tratados de Partinuplés y Reina Sevilla y otros libros”; vid. V. Bécares Botas, Librerías salmantinas del siglo XVI, Burgos, Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, Caja Segovia, 2007, p.75. Un ejemplar de la edición de Burgos de 1553 aparece registrado en el inventario de Johann Jakob Fugger; vid. Karl L.Selig, "A German Collection of Spanish Books", Bibliothèque d'Humanisme et Renaissance, 19.1 (1957), n. 95. En el inventario de Federico II de Gonzaga, marqués de Mantua, aparece recogida una “Historia de la Reina Sibilla” entre los “libri spagnoli in quarto” (asiento 146), vid. Elisa Borsari, “Los libros de caballerías en la corte de los Gonzaga, señores de Mantua: la biblioteca de Isabela del Este y Federico II”, en De cavaleiros e cavalarias. Por terras de Europa e Américas (org. Lênia Márcia Mongelli), São Paulo, Humanitas, 2012, pp. 191-203. Tal y como recoge el Regestrum B, Hernando Colón era poseedor de un ejemplar de la edición toledana de 1521, vid. Klaus Wagner, “Libros de caballerías y otras historias de aventuras en la biblioteca de Hernando Colón”, en Cervantes y Andalucía: biografía, escritura y recepción. Estepa, diciembre 1998, ed. Pedro Ruiz Pérez, Estepa, Ayuntamiento de Estepa, 1999, pp. 25-53.
Cabe mencionar en relación con el único testimonio manuscrito conservado que, de acuerdo con Amador de los Ríos, "Aquí comiença vn noble cuento del enperador Carlos Maynes, de Roma, e de la buena enperatriz Sebilla, su muger", en Historia crítica de la literatura española, Madrid, Impta. de J. Fernández Cancela, 1864, IV, pp. 344-391, este habría pertenecido a la reina Isabel la Católica y correspondería con la entrada "Estoria de los santos" que figura en su inventario, luego reencuadernada y retitulada como Flos sanctorum a partir de la indicación del recto del primer folio antes de que se generalizase la denominación Libro de los huéspedes.
Otros testimonios de lectura o éxito de la obra
Carlos Ayllón Gutiérrez, “Lecturas de caballerías y usos familiares en el siglo XV”, Miscelánea Medieval Murciana, 29-30 (2005-2006), pp. 39-56, p. 44, menciona que, entre las obras favoritas de los caballeros del siglo XVI, se encontraba la Reina Sebilla, razón por la que un esclavo, hijo de la esclava Ginebra, perteneciente a don Carlos de Sotomayor, caballero de Alcaraz, se llamase Carlos.
Al igual que había sucedido con otras obras medievales con tradición impresa en el siglo XVI (el Conde Lucanor, la Doncella Teodor o los Siete sabios de Roma), las ediciones quinientistas de la obra sirvieron como punto de partida para la reescritura y adaptación teatral a los preceptos de la Comedia Nueva que realizó Mira de Amescua titulada Los carboneros de Francia y Reina Sebilla, vid. Wido Hempel, “Un ejemplo de pervivencia teatral en época barroca de las leyendas de ciclo carolingio: Antonio Mira de Amescua, Los carboneros de Francia y Reina Sevilla”, Romanistisches Jahrbuch, 49 (1998), pp. 336-354.
Bibliografía:
Baranda, Nieves (1999), "El dinamismo textual en la prosa de cordel: a propósito de la Reina Sebilla", Thesaurus. Boletín del Instituto Caro y Cuervo, 54.1, pp. 268-288 (http://cvc.cervantes.es/lengua/thesaurus/pdf/54/TH_54_001_296_0.pdf); Baranda, Nieves (2002), “Carlos Maynes”, en Carlos Alvar y José Manuel Lucía Megías (coords.), Diccionario filológico de literatura medieval española: textos y transmisión, Madrid, Castalia, 2002, pp. 236-239; Chicoy-Dagan, José Ignacio (1982), "Una edición incunable desconocida de la Historia de la reyna Sebilla", en Actas del IV Congreso Internacional de Hispanistas, Salamanca, AIH/Consejo General de Castilla y León/Universidad de Salamanca, 1, pp. 341-351 (http://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/04/aih_04_1_036.pdf); Gómez Redondo, Fernando (1999), "Cuento del emperador Carlos Maynes", en Historia de la prosa medieval castellana. II. El desarrollo de los géneros. La ficción caballeresca y el orden religioso, Madrid, Cátedra, pp. 1605-1617; Heusch, Carlos (2016), “El cuento de senderos que se bifurcan. El Noble cuento del enperador Carlos Maynes y sus encrucijadas genéricas”, Tirant, 19, pp. 35-46; Spaccarelli, Thomas D. (1984), "A Wasteland of Textual Criticism: a Note on Paleography in the Noble cuento del emperador Carlos Maynes", Romance Notes, 25.2, pp. 193-198; Spaccarelli, Thomas D. (1996), "Recovering the Lost Folios of the Noble cuento del emperador Carlos Maynes: The Restoration of a Medieval Anthology", Romance Quaterly, 43, pp. 217-233; Tyler, Richard W. (1965), "Algunas versiones de la Reina Sebilla en la primera mitad del siglo de Oro", en Jaime Sánchez Romeralo y Norbert Poulussen (eds.), Actas del II Congreso Internacional de Hispanistas, Nimega, Instituto Español de la Universidad de Nimega, pp. 635-641.
Notas:
Es necesario mencionar que la trayectoria editorial de la Historia de la reina Sebilla continuó brevemente en el siglo XVII con una edición vallisoletana de 1623, de la que no se han conservado ejemplares, pero cuya existencia se conoce por la mención en el catálogo de venta de la biblioteca de Richard Herber, vid. Bibliotheca Heberiana. Catalogue of the Library of the Late Richard Heber, Esq., Londres, William Nicol, 1891-1894, t. VI, n° 1696.
Responsable:
Nuria Aranda
Revisión:
Grupo Clarisel
Fecha de publicación:
2021-04-11
DOI:
https://doi.org/10.26754/uz_comedic/comedic_CMDC222
Cómo citar:
Aranda, Nuria, "Anónimo, Carlos Maynes”, en Comedic: Catálogo de obras medievales impresas en castellano hasta 1600, Zaragoza (España), ISSN 2530-1985 [en línea]. Publicación: 11-04-2021, DOI: https://doi.org/10.26754/uz_comedic/comedic_CMDC222, [Consulta: dd-mm-aaaa].
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